Yoga y cristianismo (polémica)

No estoy nada de acuerdo, pero ahí lo dejo......

Por Vicente Montesinos. Extraído de aquí, el 18-1-18.

  • Es comúnmente aceptada por la sana doctrina y la práctica de piedad, oracional y pastoral en la Iglesia Católica, que el yoga es una actividad peligrosa; que debería estar lejos de su uso por cualquier católico. Es una disciplina inseparable de su espiritualidad oriental y cosmovisión; una llamada “vía de perfección espiritual” (por supuesto no en lo católico); que conduce entre otras a la “iluminación o la apertura del tercer ojo”; y que es una de las prácticas preferidas por la Masonería, utilizada en muchos rituales anti-iglesia católica. Se trata, por tanto, de una forma actual de idolatría, esoterismo, neopaganismo, ocultismo, adivinación, comunicación  y posesión diabólica. Así, yoga y cristianismo son esencialmente incompatibles.
  • En la Carta a los obispos de la Iglesia católica sobre algunos aspectos de la meditación cristiana, ya en 1989, la Congregación para la Doctrina de la Fe se centra en varias prácticas espirituales orientales y en su inclusión en la vida espiritual de los cristianos. En una nota al pie de página en el número 2, afirma específicamente que “Con la expresión ‘métodos orientales’ se entienden métodos inspirados en el Hinduismo y el Budismo, como el ‘Zen’, la ‘meditación trascendental’ o el ‘Yoga”. De modo que claramente, el magisterio tiene en su mente al yoga al afrontar la cuestión de los cristianos que utilizan prácticas espirituales orientales. El documento especifica que cabe tener mucha prudencia en el uso de prácticas espirituales, meditativas o místicas que estén desprovistas de un contexto claramente cristiano. Por ejemplo, el número 12 afirma: “estas propuestas u otras análogas de armonización entre meditación cristiana y técnicas orientales deberán ser continuamente cribadas con un cuidadoso discernimiento de contenidos y de método, para evitar la caída en un pernicioso sincretismo“.
  • Gozamos ya, además,  de infinidad de estudios y orientaciones pastorales realizadas por Obispos y Sacerdotes sobre lo pernicioso de estas prácticas para el cristiano. Sin ir más lejos, el Padre Alfonso Uribe considera: “El yoga puede ser instrumento válido para el hindú que busca con sinceridad la salvación y no ha conocido la verdad revelada por el Verbo de Dios. Pero para el cristiano, es un camino erizado de peligros y, a la larga, si no lo aparta de Jesucristo, lo llevará a una gran confusión, pero no a la verdadera perfección cristiana”. Incluso el Cardenal Norberto Rivera señala: “El yoga es, en su esencia, un ejercicio espiritual y corporal nacido de la espiritualidad hindú. Las posturas y ejercicios, aunque se presentan como un simple método, son inseparables de su sentido propio en el contexto del hinduismo. El yoga es una introducción a una tradición religiosa muy ajena al cristianismo. La palabra ‘yoga’ significa ‘unión’. Habría que preguntarnos: ¿unión con qué?”

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