Ego y sesgo cognitivo

Copiado de LaNación, el 11-12-17.
Artículo completo por Sebastian Campanario (Entrev. a J.Navajas).

El exceso de ego, o de confianza, es el sesgo más analizado por la economía del comportamiento (la disciplina que toma enseñanzas de las ciencias cognitivas). Las pruebas y papers que corroboran este sesgo son miles: más del 90% de las personas creemos que conducimos autos mejor que el promedio de la población o que tenemos un mejor sentido del humor que la media, y así. "Cada vez que tomamos una decisión, tenemos una sensación de confianza que inevitablemente la acompaña. Entender cómo el cerebro humano calcula esa sensación es importante porque nos permitiría entender situaciones en las cuales las personas calculan mal su confianza".....

"Uno de los riesgos más graves de las personas con exceso de confianza es que suelen dominar las discusiones en un grupo y muchas veces logran persuadir a otros de tomar decisiones incorrectas. Todo equipo interesado en tomar decisiones sabias (un panel, un directorio, un comité o un jurado) debe tener la menor cantidad posible de personas sobre-confiadas"

La confianza humana es idiosincrática. Algunas personas tienen -consistentemente- mayor exceso de confianza que otras, y de hecho se trata de una variable muy vinculada con la personalidad. Las personas optimistas suelen ser más confiadas que las pesimistas; también las más narcisistas y, en promedio, los hombres suelen ser más propensos al exceso de autoconfianza que las mujeres.

Hay muchos trabajos que muestran que nuestra percepción de otros como confiables o no depende de factores que deberían ser irrelevantes, como la forma de la cara. Las caras femeninas, las caras felices y las caras de bebe suelen ser percibidas como mucho más confiables que las caras masculinas, enojadas y adultas. Esto no sólo es un dato curioso, sino que tiene implicancias importantes en terrenos como la política. Los candidatos electorales con rostros más confiables tienen mayor probabilidad de ganar una elección.

Basados en esta idea de que formamos impresiones de confianza muy rápidamente, y en la hipótesis de que cuestiones que deberían influir poco en nuestra percepción de otros terminan siendo determinantes, Navajas y otros investigadores ejecutaron este año un TEDxperiment (que se realizó en el contexto de las populares charlas de divulgación) que buscó contestar la siguiente pregunta: ¿puede ser que nuestras coincidencias o disidencias políticas nos hagan ver a otra persona como menos inteligente, interesante, confiable... y hasta atractiva físicamente?

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