Cronobiología

Artículo completo en abcblogs.abc.es , extraído el 9-10-2017.

El pasado día 2 de octubre, la Academia Sueca otorgó el premio Nobel de Medicina o Fisiología conjuntamente a Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young “por sus descubrimientos de los mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano”Juan Antonio Madrid Pérez, del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia-IMIB-Arrixaca, explica la trascendencia de este galardón.
El doctor Madrid, participó en julio pasado en el curso “Sueño: neurociencia, salud y hábitos sociales”, patrocinado por la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno y dirigido por los catedráticos de la Universidad Autónoma de Madrid Carmen Cavada y Miguel Garzón. El curso analizaba el papel del sueño como pilar básico para el mantenimiento de la salud. Juan Antonio Madrid explicó la importancia de mantener correctamente acompasado nuestro reloj biológico.

La Cronobiología, una disciplina multidisciplinar que estudia los ritmos y relojes biológicos, se ha abierto paso en el mundo de la ciencia muy lentamente, demasiado lentamente diría yo. Pero, hoy no es momento de lamentarse sino de celebrar el premio Nobel otorgado a Hall, Rosbash y Young por descubrir la maquinaria molecular que gobierna el reloj biológico.

Desde los experimentos de los años 60 de J. Aschoff en  Alemania, que mostraron la existencia de un reloj interno en humanos, y  el descubrimiento del reloj biológico en el hipotálamo de mamíferos en el año 1972 por Moore y Stephan, han pasado décadas en las que cientos de investigadores han ido configurando el cuerpo científico de una disciplina que hoy ha recibido un Premio Nobel de Medicina y que empieza a ser tenida en cuenta no solo como curiosidad científica sino también en el ámbito médico.

La organización de la fisiología, bioquímica y comportamiento de todos los seres vivos, unicelulares, plantas y animales, está gobernada por ritmos perfectamente coordinados entre sí y con los ciclos ambientales del día y la noche. Esos ritmos, generados por los relojes biológicos, los podemos encontrar no solo en hipotálamo sino en cualquier célula del organismo. Así, miles de genes del hígado o del músculo son rítmicos en su expresión y, lo que es más importante, no todos sus ritmos coinciden en el tiempo, cada uno tiene su momento, aunque el orden temporal entre ellos se mantiene de un modo extraordinariamente preciso.

Hoy sabemos que la organización temporal de los procesos biológicos es una cualidad tan fundamenta de los organismos vivos como puede ser su anatomía espacial.  Y ello, en parte gracias a dos biólogos estadounidenses, Michael Young y Jeffrey Hall y un químico de origen alemán Michael Rosbash, que ahora han sido galardonados con el Nobel.

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