Tecnología, dopamina y cognición

 Copiado el 17-10-17 de pijamasurf

Como escribió el periodista Andrew Sullivan hace 1 año: "Todos entendemos las alegrías de nuestro mundo siempre conectado -las validaciones, las risas, la información... Pero apenas estamos empezando a darnos cuenta de los costos". Evidentemente, la tecnología puede producir conocimiento, puede servir para eliminar la pobreza y hacer la vida más eficiente. Pero siendo en realidad neutra, también puede producir lo contrario, especialmente cuando, como todas las otras cosas en el mundo actual, está supeditada a una economía capitalista cuyo programa o paradigma es el crecimiento infinito, los indicadores estadísticos de ganancias, y no la prosperidad y el beneficio real de las personas. El desarrollo tecnológico tiene como prerrogativa generar más ganancias, por lo cual se diseña y se programa la tecnología para enganchar a los usuarios. Los ingenieros y diseñadores de Google, Facebook, Apple, Amazon y demás, reciben sueldos por hacer productos que capturen la atención de los usuarios, sin reparar en los efectos que esto tiene a mediano o largo plazo en el cerebro de los usuarios.
En un artículo previo muy completo que permite entender cómo la tecnología digital ha creado "una economía de la atención", expusimos cómo esta economía se sostiene apelando al sistema de dopamina del cerebro. La dopamina es el neurotransmisor que está involucrado en el circuito del placer en el cerebro, pero no es producida por el placer mismo, sino por la anticipación del placer o de recompensa por una acción. Lo que nos motiva a hacer cosas y mantener hábitos es justamente esta promesa de recibir placer de alguna acción, y esto se incrementa -se genera más dopamina- cuando existe una incertidumbre de si vamos a recibir la recompensa por el acto o no (lo que un biólogo ha llamado "la magia del tal vez"). Esto es exactamente lo que hace tan adictivas a las máquinas tragamonedas de apuestas, a los casinos y a la tecnología digital. Cada vez que checamos nuestros teléfonos, entramos a nuestro mail o hacemos un scroll down en el newsfeed de Facebook sentimos una descarga de dopamina al anticipar un posible placer -ver una foto increíble, un mensaje de alguien que queremos, una noticia que nos interesa, es similar a ver unas de esas cerezas que aparecen en una máquina tragamonedas.

 El tema con esto es que la dopamina es importante para todo tipo de motivación, concentración y voluntad. Más allá de que estemos perdiendo el tiempo, estamos también formando hábitos que se van reforzando, y se va haciendo más difícil controlar nuestra atención o hacer cosas que no presentan una clara posibilidad de recompensa inmediata. Es por esto que muchos hábitos ligados a esta seducción mediada por la dopamina nos están haciendo menos inteligentes -y hay estudios que lo comprueban.
 
A continuación, cuatro hábitos que tienen que ver con este sistema de dopamina (pasar mucho tiempo en Facebook o en Instagram y demás; dependencia a un smartphone; ver porno en línea; procrastinar o postergar actividades que no nos dan esa descarga de dopamina inmediatamente) y un acto que en su negación impide que vayamos en contra de esta dependencia que coarta nuestra inteligencia. 

Artículo completo en pijamasurf

Comentarios

Entradas populares de este blog

Shisha Kanko: Mindfulness japonés

Reiki, fraude y placebo.

Contexto familiar y desarrollo cognitivo.