Una mirada sobre meditación y psicología.
Entrevista de Silvia Berdullas a Mónica Rodriguez Zafra para Infocop, Junio (33) 2007.
Mónica Rodríguez Zafra es licenciada en Ciencias de la Educación y Licenciada y Doctora en Psicología, con premio extraordinario de Doctorado. Es, así mismo, Profesora Titular en la Facultad de Psicología de la UNED, Especialista Universitario en Asesoramiento Psicológico de orientación Gestáltica y Dinámica y Especialista en Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica por la Universidad de Comillas. Ha publicado Cuerpo y estados de conciencia: psicobiología de la meditación trascendental en la Revista Miscelánea de Comillas y La ayuda psicoterapéutica a cuidadores de mayores dependientes, en la Revista Crítica.
Editora y co-autora del libro Crecimiento personal: Aportaciones de oriente y occidente, en la colección Serendipity de DDB, ha colaborado en la elaboración de un libro que se publicará el próximo otoño sobre Psicología y consciencia.
En esta entrevista Mónica Rodríguez aclara algunas dudas sobre la Psicología de la Meditación, y cómo ésta se vincula y entiende dentro de las terapias de tercera generación.
| |
Infocop: Aunque se habla mucho en los medios de comunicación acerca de la meditación, se aprecia una idea mística y esotérica de la misma, lo que hace pensar que existe un desconocimiento sobre su naturaleza. ¿Cómo se puede definir la meditación? ¿Qué es exactamente?
Mónica Rodríguez: El término meditación tiene muy diferentes sentidos dependiendo de las múltiples técnicas, escuelas, sistemas filosóficos, etc. que existen y que utilizan la meditación como herramienta. Quizá podríamos decir que todas ellas tienen en común el aprendizaje, el entrenamiento y el control de los procesos atencionales con el objetivo de mejorar la salud, el bienestar mental, emocional y espiritual de la persona y sus capacidades, en general.
Este entrenamiento y trabajo sobre los procesos atencionales se produce en dos niveles:
1. El primero se centra en la experiencia directa de los factores distractores de la atención, lo que permite tomar conciencia de los procesos psicológicos que mantienen determinados círculos de pensamiento y pautas de comportamiento repetitivas e insanas.
2. El segundo se centra en el desarrollo de determinados procesos corporales, emocionales, cognitivos y espirituales beneficiosos que tienen lugar cuando se aprende a controlar la atención.
Estos procesos permiten, nuevamente, tomar conciencia de lo que ocurre y permiten encontrar el significado psicológico que tienen tanto en el momento psicológico presente del individuo como dentro del proceso de crecimiento personal en el que la persona se encuentre en ese momento concreto.
Aunque hay áreas en las que los resultados de las investigaciones son contradictorios, tomados en su conjunto puede decirse que hay un patrón psicobiológico que acompaña al estado de meditación que se caracteriza, desde el punto de vista fenomenológico, como un estado de alerta relajada y, desde el punto de vista biológico, por una disminución en la actividad del sistema nervioso periférico (común a las técnicas de autocontrol, como la relajación), una actividad sostenida del sistema nervioso central (específica de la meditación), el mantenimiento de la atención y una serie de cambios electroencefalográficos específicos integrados en la vigilia y el sueño. Estos efectos son centrales (la meditación no es una actividad que afecte únicamente a la actividad del sistema nervioso autónomo) y no se explican sólo desde una menor actividad o una inhibición general del sistema nervioso.
Podríamos pues concluir que la meditación produce un estado de atención relajada y que el aprendizaje de la misma consiste en un entrenamiento de la capacidad de dirigir y focalizar la atención con consecuencias directas sobre el funcionamiento del sistema nervioso central y periférico.
Entrevista completa aquí.
|
Comentarios
Publicar un comentario