Parkinson y el intestino. Cuerpo y funciones cognitivas.

El doctor José Antonio Molina, neurólogo del Hospital 12 de Octubre, nos habla entre otras cosas sobre la implicación de la mucosa intestinal en la enfermedad de Parkinson, un tema que ha adquirido gran relevancia en los últimos años. Médico de profesión, compatibiliza su actividad clínica con la investigación y ha creado recientemente una fundación para recaudar fondos destinados a la financiación de proyectos y la contratación de personal investigador.
Todos asociamos la enfermedad con el temblor, pero ¿qué alteraciones se han podido identificar en estadios tempranos del Parkinson?
Antes de iniciarse los síntomas propios de la enfermedad, los pacientes pueden sufrir estreñimiento y pérdida de olfato, aunque esto es poco evidente ya que no somos animales olfativos. Otro de los hallazgos es que los pacientes, aunque no presenten aún demencia, ya tienen múltiples alteraciones cognitivas casi en un cien por cien de los casos cuando son diagnosticados.
La enfermedad de Parkinson es posiblemente una enfermedad neurotóxica que se desencadenaría por la acción de un tóxico o un factor biológico aún desconocido que se introduce en el cuerpo a través del tubo digestivo o a través de la mucosa nasal. Un estudio realizado por el científico español Franscisco Pan-Montojo muestra que la administración de un insecticida por vía oral en ratas producía alteraciones bastante similares al Parkinson humano, formándose unos depósitos en el cerebro característicos de la enfermedad. El efecto del tóxico se propagaba por medio de los nervios periféricos desde el tubo digestivo hasta el cerebro. Si se seccionaban los nervios por los que se propagaba, el efecto tóxico no llegaba al cerebro. Esto parece indicar que todo comienza en nuestro intestino.

Entrevista por Miguel Fdez. de la Torre; encontrada el 20-1-17. Completa aquí.

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